Pertenece a la familia de las Pedaliáceas.

Son semillas de color dorado y ovaladas, con un tamaño diminuto, nada que ver con las pipas de calabaza. Presentan un sabor suave, similar al de la nuez y existen variedades descascarilladas en tonos blancos y otras variedades de sésamo negro, aunque con propiedades nutricionales similares.

Su uso se centró principalmente en la repostería y la decoración de panes, pero hoy en día está adquiriendo fama mundial y se incorpora en ensaladas, cremas, desayunos y diversos panes con patés vegetales. Uno de sus usos mas comunes en la versión de pasta, llamada tahini, popular en la comida griega y árabe. El tahini o tahina se incorpora a la preparación del hummus (puré de garbanzo) y se obtiene de moler las semillas de sésamo, que va liberando sus aceites, hasta conseguir una pasta.

Otra forma de consumirlas es tostándolas. Para ello tendremos que lavarlas y escurrirlas bien, incorporarlas a una sartén sin aceite y remover constantemente con una espátula de madera. Cuando veamos que se tornan un poco más oscuras y empiezan a desprender olor, ya podremos retirarlas.