Es una fruta muy dulce y jugosa, blanquecina por dentro, con una textura diferente (más o menos terrosa, con mayor o menor contenido en agua...) según su variedad. La piel presenta diferentes tonalidades, debe tener un tono homogéneo y no presentar golpes o falta de indemnidad para asegurar su estado.

Suele tomarse al natural aunque se pueden cocinar en postres, como acompañamiento con carnes y en compotas.

Se estima que existan entre 4000 y 5000 variedades de pera en el mundo, pero comercialmente se trabajan unas 30 variedades según su color, textura y sabor. Según sus requerimientos de frío para madurar y su momento de consumo se clasifican en "peras de verano" con poco o ningún requerimiento de frío para madurar, conservación breve y se consumen en verano y "peras de invierno", con necesidad de frío para madurar, una mayor conservación y se consumen en esta estación.

Debemos sacarla de envoltorios si viene envuelta porque debe "respirar". Hay que manipularlas con cuidado para evitar posibles roturas que aceleren su descomposición y lo mejor es eliminar las piezas que estén deterioradas, para evitar el contagio del resto. Es necesario guardarlas en un lugar seco, fresco y protegido de la luz intensa. Si la conservas en la nevera, no las tengas más de 3 o 4 días y en una posición donde no se expongan al frío intenso.